Mientras tanto,
Harry Potter acompaña a
Albus Dumbledore al hogar de
Horace Slughorn, antiguo profesor de
Pociones en
Hogwarts. Después de intentar persuadir a Slughorn de retomar sus labores en el instituto como profesor, este accede. Luego de que Harry se reúne con sus amigos
Ron Weasley y
Hermione Granger, se dirigen a comprar objetos que ocuparán durante su año escolar en el
Callejón Diagon, donde observan a Draco Malfoy encaminarse a
Borgin y Burkes, una tienda proveedora de elementos relacionados con
artes oscuras. Ante esto, y disimuladamente, los tres protagonistas se inclinan por seguirlo y se percatan de que Draco le insiste al propietario del establecimiento en arreglar un objeto desconocido. Inmediatamente, Harry levanta sospechas sobre Draco y lo cataloga como un mortífago (al igual que su padre
Lucius).
De vuelta en la escuela, Snape, anterior profesor de Pociones, ocupa el cargo de
Defensa contra las artes oscuras, pues Slughorn reemplazará y renaudará su trabajo como profesor de la primera. Harry, a diferencia de ocasiones pasadas, comienza a destacarse en la mencionada; esto se debe primordialmente a un libro de texto de Pociones que recibe, y que está lleno de numerosas anotaciones y, según proclama en la última página, en otra época perteneció a algún individuo llamado «el Príncipe Mestizo». Durante gran parte del curso, el joven mago sigue el rastro de Draco Malfoy para validar sus sospechas; en algún instante, se percata que es imposible encontrarlo en su
Mapa del Merodeador, algo extraño pues este siempre le ha mostrado a Harry la ubicación de cualquier sujeto en el colegio. Harry deduce entonces que, cuando el mapa no exhibe a Draco, se debe a que este último emplea la
Sala de los Menesteres, lugar que es capaz de transformarse en lo que el usuario deseé. Harry no puede ingresar a la sala a menos que conozca exactamente para qué fines la utiliza Draco.